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sábado, 23 de mayo de 2009

Mi confrontación con la docencia

De acuerdo a lo que escribí en el foro anterior, me doy cuenta que gran parte de la información que es requerida para este foro ya la plantee, por lo que ahora complemento esta información.
Soy egresado de la Facultad de Biología de la UMSNH (1991). Comencé, al igual que muchos de nosotros con la firme convicción de no ser profesor, era lo que menos quería. Trabajé para el Instituto Nacional de la Pesca en Pátzcuaro, más tarde ingresé al INEGI donde estuve por 4 años. Al salir del INEGI consideré que tenía lo suficiente como para buscar con paciencia un trabajo, sin embargo “alguien”, no recuerdo quién, mi dijo que fuera al Colegio de Bachilleres. Le hice caso y pensé: “en lo que encuentro otro trabajo”. Para entrar tuve que concursar por el lugar, gané, ¿cómo? Ni idea tengo todavía, pero gané.
Como les comenté anteriormente, mi experiencia se inicia en Infiernillo, continúa por Tafetán, Villa Morelos, Pátzcuaro y termina (hasta ahora) en Ciudad Hidalgo. Un paseo por la geografía michoacana, de la tierra caliente, árida y llena de cactáceas, a las zonas altas frías y boscosas del estado.
Una experiencia que tuve en Infiernillo me hizo recapacitar de mi trabajo: cuando recién había llegado tenía la “escuela” de mis maestros, estrictos, exigentes, conductistas, etc., apliqué la misma técnica. Un día al regresar a la casa donde vivíamos los maestros había una nota pagada en la puerta, en dónde me advertían y amenazaban para que no fuera tan estricto (con otras palabras e insultos). El coordinador supo inmediatamente de quién se trató, le pedí me dijera, hablamos con el estudiante. Después de un tiempo, este mismo estudiante no salía de la casa, tenía hambre de aprender, se convirtió en uno de los más fieles y mejores amigos de ese lugar.
Esta situación me hizo recapacitar en la necesidad que había en la educación de docentes comprometidos con su trabajo, preparados, propositivos, entusiastas. A partir de ese momento me he dedicado a ser mejor docente, entender más a los estudiantes, calzar sus zapatos, quererlos.
Hoy, con muchas más experiencias me da una satisfacción enorme ser forjador de futuros, ser parte futura de una adulto que muy probablemente aporte mejoras al estado, al país. El trabajo docente es gratificante y, entre más te entregas más satisfacciones obtienes.
Por muchos años el profesor del nivel medio superior ha sido visto como el que sólo prepara al que va a la universidad o el que termina la preparación de la secundaria. Hasta ahora se le ha dado importancia al papel fundamental que este nivel tiene. Se ha reconocido que en el nivel medio superior se forja a las personas, que es una etapa decisiva en la vida de cualquier estudiante. Es aquí donde se hacen hombre y mujeres que darán destino al país.
Desde mi muy particular lucha al interior del COBAEM he visto como el nivel ha mejorado en cuanto a reconocimiento de la labor docente. Se ha dejado de ser el “sandwich” entre la secundaria y la universidad.
Aunque desde la perspectiva académica se le ha dado más importancia al nivel medio superior, sigue habiendo un rezago. No tanto porque los docentes no quieran, sino más bien por la falta de conocimiento de lo que son capaces de lograr. No hay una conciencia generalizada de la importancia del nivel. Muchos docentes han tomado horas de trabajo en este nivel para “pasar el rato” o como “ayuda” a sus principales ingresos, lo que ocasiona que no se genere un compromiso con la labor docente que desempeñan, dejando una carga a los demás y una disparidad en cuanto formas de trabajo y de entender a la educación.
Aunado a esto, los incentivos económicos, que debieran ser eso, un incentivo, están muy por debajo del nivel educativo. Por ejemplo, un docente de primaria con tiempo completo bien puede ganar más que un docente de tiempo completo del nivel medio superior. Si lo comparamos con los docentes del nivelo superior, la situación es muy similar o incluso, peor. Esto es desmotivante para muchos docentes, limitando también el compromiso y mermando en los ánimos de los docentes.

Mi forma de trabajar.

Compañeros, asesor.

Me paraeció importante en este punto hacer una pauta y explicar un poco la forma en que trabajo, para ello debo decir que no me encuentro "frente a grupo", sino más bien en atención directa a estudiantes, esto es, soy asesor de un Sistema de Enseñanza Abierta en dónde la atención es personalizada, les explico:

En el caso específico del SEA las clases no se preparan. Se hace planeación de la asignatura, en específico, se habla de asesorías. La asesoría, por su relación directa con el estudiante, se sujeta a tres momentos: asesoría diagnóstica, asesoría de contenidos y asesoría de evaluación.
En este contexto, para establecer el grado de conocimiento de un estudiante en determinado tema se realiza una plática en relación a los puntos básicos necesarios en el tema a tratar (asesoría de diagnóstico). De este modo se podrá establecer si el estudiante maneja o no la terminología básica necesaria que le permita continuar con su estudio. De no ser así, se hace la recomendación necesaria para que el estudiante recupere esos conocimientos que, en la mayoría de las ocasiones, es necesario hacer una breve reseña de ellos (continúa la asesoría diagnóstico).
Una vez establecidos los conocimientos mínimos necesarios que abren el camino a nuevos conocimientos, el estudiante realiza actividades y lecturas en las que se pretende adquieran los saberes necesarios para el cumplimiento de los objetivos (todavía se trabaja con objetivos) y de las capacidades señaladas en el programa de la asignatura. En el caso de dudas en el trayecto, el asesor podrá orientar y/o explicar al estudiante, aquellos mecanismos, recursos, lecturas, actividades, etc. (asesoría de contenido). Con los cuales él habrá de construir sus conocimientos. En este sentido, los materiales han sido previamente seleccionados y/o elaborados, con el propósito de cumplir los objetivos y capacidades señaladas.
El estudiante acude cuantas veces sea necesario a asesoría, de tal manera que sea él quien determine el momento en el que habrá de presentar los resultados de las actividades y/o productos solicitados en los contenidos asignaturales (materiales didácticos y actividades). De igual forma y, en función a la planeación de los procesos de evaluación, el docente evalúa el desempeño del estudiante, ya sea mediante la obtención de productos, técnicas, resultados y/o exámenes (asesoría de evaluación).
En el SEA no hay preparación diaria de la clase en virtud que los estudiantes acuden al asesor, quien tiene a su cargo varias asignaturas de diferente semestre al mismo tiempo (Inglés I-IV, Informática I y II, Cs. de la Salud I y II, los módulos de la capacitación en informática--- en mi caso---), cuando lo requiere, independientemente del día, la hora o la materia (en horario específico en el que el asesor se encuentra dentro del SEA).

jueves, 21 de mayo de 2009

La aventura de ser docente

La lectura de Esteve me hace verme con ojos ajenos, muchas de las situaciones narradas por Esteve me son familiares.
Sin duda, en mis inicios de docente me enfoqué en la necesidad de "controlar" al grupo. Coincido con Esteve y con Lalo al momento de hablar de la manera en que los docentes aprenden a serlo, por error y acierto. Nadie te enseña a ser profesor, la experiencia previa, como mencione en algún otro foro, se limita a tus profesores con métodos tradicionalistas y conductistas.
Otro problema que comparto sin duda, es la forma en que el docente debe mantener la atención centrada en el objetivo de la clase y no solo en el control de los estudiantes. Más aún, en el valor agregado de la clase: la transmisión de cultura, valores y ciencia, todo ello en un solo “paquete”.
Considero que si logramos que el valor agregado del quehacer docente se vuelva una constante en nuestra práctica, la enseñanza de los contenidos asignaturales se da por inercia. De este modo podremos lograr estudiantes reflexivos y comprometidos.
Es necesario considerar, de acuerdo a mi percepción, que en su mayoría los docentes de la EMS estudiamos carreras universitarias no con el objeto de convertirnos en docentes, sino en desempeñar nuestra profesión de manera exitosa, es más, algunos combinamos nuestra formación profesional con la profesión docente. Esta “diferente” forma de conceptualizar el mundo, las ciencias, el arte, la cultura y demás, hace que los principios de cualquiera de nosotros se vea lleno de experiencias exitosas y no tanto (fracaso y error). De igual forma, esta misma preparación nos hace “débiles” ante los ojos del estudiante de los grados más altos, somos pues, “el nuevo”.
Con el tiempo hemos aprendido a manejar nuestras emociones, a percibir las emociones de los estudiantes y mejor todavía, a realizar una intercambio de emociones que no necesariamente hacen una amistad, sino una relación en donde ambos, estudiante y docente, salen beneficiados. El control de esto nos da una herramienta invaluable en el control y manejo de los estudiantes, hablo del control y manejo de contenidos didácticos y, como ya lo mencioné, de los valores agregados: cultura, ciencia, valores.
La destreza que se logra a través del tiempo para adecuar los programas a las diferentes formas de los estudiantes nos proporciona satisfacción, sin embargo, siempre hay quien exige mas, quién requiere de más atención, quién necesita nuestro apoyo. De tal manera que aunque sea mucha la experiencia, cada nuevo grupo y cada nuevo estudiante nos deja aprendizajes nuevos. Por tanto, nos damos cuenta que nunca dejamos de aprender.
Algo importante en este tránsito educativo es sin duda la preparación docente. Considero que parte de las herramientas de trabajo del profesor es la actualización y la profesionalización del trabajo a desempeñar.
Recordemos algo, ya somos profesionales en un área específica del conocimiento, sin embargo apenas somos unos aprendices en el camino de la educación y la actualización de la información.

Saludos a todos

Victor Hugo